El nombre propio es el primer texto enumerativo que el niño/a quiere conocer y aprender a leer y escribir.
El nombre tiene una gran carga afectiva ya que representa su identidad y la única manera de representarlo gráficamente es a través de la escritura.
Por ello, comenzamos el trabajo de lectoescritura a través de los nombres de los niños/as. Al trabajar su nombre y el de los compañeros, ofrecemos a los niños/as todo un repertorio de letras que luego podrá comparar, diferenciar, clasificar...
Los nombres están representados en diferentes espacios del aula: la silla de cada niño/a, el perchero, el mural de asistencia, el mural de control de comportamiento, los equipos de la clase...
Practicamos el nombre del encargado cada mañana, éste/a reparte a todos sus nombres, lo escribimos siempre que hacemos una tarea en papel, en las pizarras...
Esta semana hemos comenzado a trabajar la inicial de cada nombre y a clasificarlos según la inicial.
Tenemos pegado en el mural de las letras, folios (tamaño cuartilla) con una inicial cada uno y, plastificados y pegados con velcro, los nombres que comienzan por esa letra.
Jugamos por la mañana en la asamblea entre todos a buscar nuestra inicial
Y, en pequeños grupos, jugamos también en el rincón de las letras.
También tenemos las iniciales en la asamblea y todos los días las repasamos
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